Gran parte de las inquietudes que presentamos como adultos vienen determinadas por el comportamiento que aprendemos durante la infancia.
Mucho se ha estudiado sobre como influyen las relaciones con nuestros cuidadores, principalmente con nuestros padres en el futuro adulto y sobre todo en las relaciones que esté mantendrá a lo largo de su vida.
Hablamos en este caso del apego (Crittenden, 2005), que no es más que la forma en la que interactuamos con esas personas encargadas de nuestro cuidado, por tanto podemos determinar, que el apego es fundamental para nuestra supervivencia y además va evolucionando con los años.
En los primeros años de nuestra vida, las relaciones con estos cuidadores van determinando nuestra personalidad o al menos los primeros cimientos de la misma, mientras que, una vez que llegamos a la adolescencia y con ella la elección de pareja, se produce un ruptura emocional con los mismos para más tarde formar una familia.
La importancia de esta primera etapa y la previsión del comportamiento de los progenitores es según Crittendem vital, hablamos de cuatro tipos diferentes de apego: seguro, ansioso, evitativo y desorganizado.
El apego seguro es sin lugar a dudas el más sano de todos, en este el niño siente el amor incondicional de sus padres y como estos, no van a fallarle.
El apego evitativo se muestra cuando los padres no reaccionan a las necesidades del bebe o incluso pueden rechazarlo cuando esta enfermo.
El apego desorganizado es el resultado de un niño criado en un ambiente hostil dominado por el miedo y la amenaza y por tanto, es el que presenta peor pronóstico.
El apego ansioso se produce cuando el niño en ciertos momentos recibe respuestas de cuidado y en otros casos, dependiendo del estado emocional del cuidador, recibe respuestas exageradas dominadas por la ansiedad.
Aunque se ha escrito largo y tendido sobre el comportamiento del adulto y como este viene determinado por su pertenencia a uno de estos cuatro grupos, lo cierto, es que como siempre en psicología, es importante que un profesional determine la causa y el alcance del comportamiento de la persona a tratar, es decir, es importante analizar y entender el conjunto, sobre todo en el ser humano, que basa su excepcionalidad en la complejidad de su comportamiento.
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