Zeus enfadado con Prometeo por haber dado el fuego a los humanos, decidió enviar a los hombres un regalo envenenado. El efecto pandora aún perdura entre nosotros, aunque es distinto de lo que piensas. Como todas las historias, es mejor empezar por el principio.
El inicio del mito es un engaño, los humanos consultan a Prometeo sobre un sacrificio, un sacrificio para Zeus.
¿Qué parte del buey debían entregar en sacrificio y cual comer?, la pregunta no era fácil de responder y Prometeo tampoco ayudo demasiado. Básicamente urdió un engaño, indico que se debía separar el animal en dos partes, en la primera estaba toda la carne eso sí, oculta tras el estomago y las vísceras del animal. La segunda, con todos los huesos y despojos, pero cubierta por grasa.
Esperaba Prometeo que Zeus eligiera la apetitosa grasa dejando a los humanos con la carne, algo que sucedió, sin embargo, Zeus castigo a los humanos por ello. Enfadado por el engaño del titán y por como los humanos le habían seguido el juego a Prometeo, Zeus retiro el fuego a las personas.
El fuego era la diferencia entre desarrollo y oscuridad, sirve para dar luz, alejar a las bestias, cocinar o simplemente calentarse, de repente, los humanos retrocedieron a una edad oscura.
Prometeo en su posición de titán protector de los humanos, no iba a dejar todo así, se coló en el monte Olimpo y robo el fuego, entregándoselo a los humanos.
Zeus enfadado, esta vez presento un castigo más elaborado, nada más y nada menos que crear a la primera mujer, Pandora.
Zeus encargo a Hefeso -el dios artesano- que creara con barro y agua a Pandora, más tarde Afrodita la bendijo con la belleza.
Pandora significa regalo, precisamente por los dones que cada dios le otorgo.
Hermes mensajero de los dioses -y dios del comercio- fue el encargado de llevar a Pandora ante Epimeteo, que quedo enamorado de ella.
Prometeo como protector de los humanos había decidido librarlos de todo sufrimiento, encerrando en una tinaja todos los males. Una vez cerrada la tinaja, le pidió a Epimeteo que jamás abriera aquel recipiente.
Pandora, se entero del recipiente prohibido y debido a su tremenda curiosidad, decidió abrirlo. Todos las enfermedades y males posibles salieron de la caja, aunque esta pudo cerrarla justo antes de que se escapara la esperanza.
El efecto pandora
Y precisamente, de esa capacidad de Pandora de cerrar la tinaja, justo en el momento en el que escapaba la esperanza, viene la expresión:
«La esperanza es lo último que se pierde»
El efecto pandora nos habla de como en la situaciones desesperadas superadas por la ansiedad y el estrés, es la esperanza, la que nos propulsa a encontrar un nuevo camino.
Zeus nos mando como castigo – o bendición- el deseo de saber, algo innato y diferencial del ser humano. Las personas somos curiosas por naturaleza, aunque a veces, esta curiosidad nos ponga en peligro. También, nos habla de la esperanza, esa capacidad tan humana.
Son estas dos dimensiones, curiosidad y esperanza las que empujan nuestra salud mental, creando un mecanismo de superación y bienestar.
Un castigo que al fin es un regalo, si no fuera, por el precio que -según el mito- debimos pagar.
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