síndrome de anton

Síndrome de Anton: El ciego que ve.

Al empezar a estudiar este síndrome de Anton, no puedo evitar acordarme de un pasaje bíblico y de un señor llamado Lázaro. Lo más curioso de aquellos que sufren este síndrome es que perjuran que pueden ver, sufriendo ceguera cortical, Lazaros modernos.

Para ponernos en contexto, año 1899, estamos en la consulta de Gabriel Anton -un neuropsiquiatra austriaco-. En su hospital aparecen tres pacientes, el primero con ceguera cortical, el segundo con déficit auditivo y el tercero con hemiparesia del lado izquierdo.

Quizás, la primera pregunta, sería la razón por la que estas personas acaban en la consulta de un neuropsicólogo. En esta caso, no es sencillo de explicar, todos ellos presentaban una falta de conciencia sobre su déficit.

Explicado de manera más mundana, un ciego que dice ver, un sordo que dice escuchar y un tercero que no apreciaba ningún problema, a pesar, de tener daños importantes en parte de su cerebro.

Podría ser un buen principio para un chiste, de no tratarse una situación real. Josepth Babinski más tarde lo definiría como Anosognosia visual.

El síndrome de Antón

Es una enfermedad realmente extraña, en ella existe un perdida de consciencia de la patología, con una particularidad, esto sucede por que sustituyen con recuerdos aquello que no perciben.

En resumen, una persona con el síndrome de Anton afirmaría ver, aunque carezca totalmente de visión. Cuando tropezara con un mueble por ejemplo, nos diría que no hay suficiente luz, que alguien a cambiado de lugar el elemento o que, sus gafas por ejemplo, están sucias.

A nivel físico, estas personas suelen presentar lesiones en el lóbulo occipital, y el síndrome en sí, esta relacionado con una daños tanto en la corteza de asociación visual como en la corteza primaria.

El tratamiento, mas allá de las ayudas que a cualquier persona que padezca ceguera debe tener, incorpora una rehabilitación psicológica y social, que incluye, una gran involucración por parte de la familia más cercana.

El psicólogo en estos casos es fundamental, sobre todo, para la gestión del estado de animo de unos pacientes, que ven sin ver.

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Complejo de Edipo

Freud, la esfinge y el complejo de Edipo

El tiempo no ha tratado correctamente a muchos mitos, a veces el síndrome tapa la historia, que es justo lo que ha sucedido con el complejo de Edipo. Freud alguien con una historia apasionante y una necesidad obsesiva por aparentar rigor a sus teorías, le hizo un flaco favor, hoy trataremos de hacer justicia con Edipo.

El enigma de la esfinge

La historia de Edipo comienza en la ciudad de Tebas sitiada por una monstruosa esfinge y con Edipo en el traje de un héroe.

La esfinge proponía a todo aquel que quisiera abandonar -o entrar- en Tebas un acertijo, bajo pena de muerte si se erraba en el intento. Atemorizado el rey de Tebas promete a aquel que derrote al monstruo su reino, y de paso a su hermana Yocasta.

«¿Cuál es el ser que con una sola voz tiene cuatro patas, dos patas y tres patas?»

Concretamente esta fue la adivinanza propuesta a nuestro héroe Edipo, que no sin mucho pensar, respondía que era el hombre. Al nacer gatea, en su juventud camina y al llegar a la vejez tiene que apoyarse en un bastón.

Yocasta y Tebas fueron la recompensa de Edipo, cuando al acertar la respuesta la monstruosa esfinge se desvaneció ante sus ojos.

Hasta aquí la buena suerte de Edipo, a pesar de ser un fantástico gobernante. La sabiduría que mostró Edipo a nivel cultural, contrastaba con el desconocimiento de su propio pasado. Edipo tubo cuatro hijos con Yocasta y una vida tranquila hasta que la tragedia volvió a asolar Tebas.

Tebas fue maldecida por los dioses, los frutos se secaban antes de madurar y los niños así como las crías de los animales morían en el útero de sus madres. Al consultar con el oráculo el motivo del castigo de los dioses, este respondió con otro enigma.

Los males venían porque entre ellos vivía el asesino de Layo

Para interpretar este enigma, -los oráculos siempre tan claros- Edipo llamo al adivino Tiresias, y todo de repente cobro sentido.

Edipo fue abandonado por los reyes de Tebas Layo y Yocasta, después de una profecía que decía que el hijo de estos mataría a Layo. El criado enviado por Layo a matar a su primogénito no tubo valor así que se lo confío a unos pastores, que a su vez lo entregaron a los reyes de Corinto que lo criaron.

Más tarde cuando Edipo abandono Corinto para buscar a sus padres, en el camino mantuvo una disputa con un anciano y su criado. Ese anciano era Layo huyendo de la Esfinge, y en la reyerta quedo muerto a manos de Edipo, lo que hizo cumplir la profecía.

Lo más horroroso de toda la historia, era que Yocasta -con quien Edipo había tenido cuatro hijos- era su madre, y el incesto, el motivo por el que los dioses castigaban Tebas.

Tras la trágica historia de Edipo que abandono Tebas como un mendigo, repudiado incluso por sus propios hijos, vino Freud a reinterpretarlo.

El complejo de Edipo

Freud vino a definir el complejo de Edipo como el deseo de tener una relación incestuosa con el progenitor del sexo opuesto, incluso para el caso femenino -algo más tarde- describió el complejo de Electra.

Lo cierto, es que «la fase fálica» de Freud nos cuenta algo un poco más complejo. El niño no sólo tiene sentimientos amorosos hacia un progenitor, sino que tiene sentimientos hostiles hacía la otra parte de la pareja. Esta fase, que además es figura central dentro del psicoanálisis de Freud, sucede entre los 3 y los años.

Siguiendo a Freud además esta fase no es mala per se, el niño debe irla superándola progresivamente y no debe ser reprimida.

Justo si es reprimida o no se supera con éxito comienzan los problemas, ya que el niño quedaría atrapado en esta etapa, produciendo numerosos distorsiones -de carácter socioafectivo- en su edad adulta.

Lo curioso de este complejo, es que como hemos contado antes, Freud tan sólo eligió un nombre capaz de darle empaque a su teoría. Edipo no estaba enamorado de su madre Yocasta, es justo al contrarío, su sentimiento de culpa le arrastraría toda su vida.

sindrome de capgras

La ilusión de los dobles o síndrome de Capgras

Hace mucho tiempo en las televisiones de medio mundo se paseaba Ethan Hawke persiguiendo a peligros espías rusos. Usaba una serie de mascaras que le hacían pasar por cualquier personaje, mientras sonaba de fondo una música que ahora, seguro recuerdas. El síndrome de Capgras tiene mucho que ver con este personaje y con su misión imposible.

Aunque parezca sacado de una de las aventuras de Hawke, este es un caso real, sacado del portal de noticias de la BBC.

Una pareja galesa, Alan Davies y su esposa Christine sufrieron un accidente de coche. Hasta aquí todo desafortunado pero normal, sin embargo el señor Davies tras el accidente, sugestionado por una serie de flashback tubo una curiosa reacción. Según Alan, su esposa había muerto en el accidente y por ende, quien había sufrido un traumatismo cervical era una doble.

Dentro de la cabeza de Davies su esposa estaba muerta, y además había sido reemplazada por una impostora con una oscura razón.

El síndrome de Capgras

Lo cierto es que el síndrome de Capgras es un trastorno bastante raro y que a veces, tiene que ver con la esquizofrenia, por el que la persona se autoconvence de que su esposa, hijos, amigos o vecinos han sido suplantados por impostores.

Cual película de espías, el sujeto rompe todo tipo de relación con estas personas, sin importar, lo cercano del vínculo afectivo.

Este desorden es realmente difícil de diagnosticar, y esta relacionado con la zona de nuestro cerebro que se encarga de reconocer las caras y la respuesta emocional ante las mismas.

Es decir, la persona consigue reconocer la cara de sus personas cercanas, pero es incapaz de sentir la reacción emocional que normalmente viene asociada a ese reconocimiento.

En el caso de la pareja Galesa, estaba claramente asociado a un traumatismo encefálico, sin embargo, se han descrito casos derivados de el abuso de drogas o otros trastornos como la esquizofrenia.

Debe su nombre al psiquíatra francés Joseph Capgras y aunque es un síndrome conocido desde los años 20, lo cierto, es que esperamos hasta 1989 para identificar hasta 8 variantes diferentes de este síndrome.

Sin embargo, la ilusión de los dobles -como se le conoce popularmente- no deja ser terriblemente llamativa. Así que, no es complicado, si realizas una búsqueda en periódicos online, que encuentres algún caso.

Desde el que cree que han suplantado a su mascota o una señora que al volver a casa, encontró un extraño en su cama. Por cierto, el extraño llevaba varios años de matrimonio y la esperaba para celebrar su aniversario.

Ante cualquier duda lo mejor es siempre contactar con un profesional de la psicología que nos ayude.

Pandora abriendo la caja

El efecto pandora

Zeus enfadado con Prometeo por haber dado el fuego a los humanos, decidió enviar a los hombres un regalo envenenado. El efecto pandora aún perdura entre nosotros, aunque es distinto de lo que piensas. Como todas las historias, es mejor empezar por el principio.

El inicio del mito es un engaño, los humanos consultan a Prometeo sobre un sacrificio, un sacrificio para Zeus.

¿Qué parte del buey debían entregar en sacrificio y cual comer?, la pregunta no era fácil de responder y Prometeo tampoco ayudo demasiado. Básicamente urdió un engaño, indico que se debía separar el animal en dos partes, en la primera estaba toda la carne eso sí, oculta tras el estomago y las vísceras del animal. La segunda, con todos los huesos y despojos, pero cubierta por grasa.

Esperaba Prometeo que Zeus eligiera la apetitosa grasa dejando a los humanos con la carne, algo que sucedió, sin embargo, Zeus castigo a los humanos por ello. Enfadado por el engaño del titán y por como los humanos le habían seguido el juego a Prometeo, Zeus retiro el fuego a las personas.

El fuego era la diferencia entre desarrollo y oscuridad, sirve para dar luz, alejar a las bestias, cocinar o simplemente calentarse, de repente, los humanos retrocedieron a una edad oscura.

Prometeo en su posición de titán protector de los humanos, no iba a dejar todo así, se coló en el monte Olimpo y robo el fuego, entregándoselo a los humanos.

Zeus enfadado, esta vez presento un castigo más elaborado, nada más y nada menos que crear a la primera mujer, Pandora.

Zeus encargo a Hefeso -el dios artesano- que creara con barro y agua a Pandora, más tarde Afrodita la bendijo con la belleza.

Pandora significa regalo, precisamente por los dones que cada dios le otorgo.

Hermes mensajero de los dioses -y dios del comercio- fue el encargado de llevar a Pandora ante Epimeteo, que quedo enamorado de ella.

Prometeo como protector de los humanos había decidido librarlos de todo sufrimiento, encerrando en una tinaja todos los males. Una vez cerrada la tinaja, le pidió a Epimeteo que jamás abriera aquel recipiente.

Pandora, se entero del recipiente prohibido y debido a su tremenda curiosidad, decidió abrirlo. Todos las enfermedades y males posibles salieron de la caja, aunque esta pudo cerrarla justo antes de que se escapara la esperanza.

El efecto pandora

Y precisamente, de esa capacidad de Pandora de cerrar la tinaja, justo en el momento en el que escapaba la esperanza, viene la expresión:

«La esperanza es lo último que se pierde»

El efecto pandora nos habla de como en la situaciones desesperadas superadas por la ansiedad y el estrés, es la esperanza, la que nos propulsa a encontrar un nuevo camino.

Zeus nos mando como castigo – o bendición- el deseo de saber, algo innato y diferencial del ser humano. Las personas somos curiosas por naturaleza, aunque a veces, esta curiosidad nos ponga en peligro. También, nos habla de la esperanza, esa capacidad tan humana.

Son estas dos dimensiones, curiosidad y esperanza las que empujan nuestra salud mental, creando un mecanismo de superación y bienestar.

Un castigo que al fin es un regalo, si no fuera, por el precio que -según el mito- debimos pagar.

El síndrome de la mano extraña

El síndrome de la mano extraña

Un hombre abotona su propia camisa, nada extraño, salvo que el hombre vuelve su mirada y pregunta en voz alta:

– ¿Pero quien me ha abrochado la camisa?. –

No, no es ciencia ficción, es el síndrome de la mano extraña.

En 1908 un doctor alemán llamado Kurl Goldstein, describió un extraño síntoma común en pacientes, que habían sido sometidos a una comisurotomía.

Muy concretamente, en aquellas operaciones que se realizaban para tratar diversas enfermedades psiquiátricas.

Muchos años más tarde, concretamente en la década de los setenta se amplio el espectro.

Este síntoma lo presentaban pacientes tras ciertas neurocirugías, personas que han sufrido un accidente cardiovascular, infecciones, neoplastias, aneurismas o incluso aquellos que padecen alguna enfermedad neurodegenerativa.

En que consiste el Síndrome de la mano extraña

Como si se tratara de una película de ciencia ficción, el paciente puede sentir tacto en su mano, pero piensa que no es parte de su cuerpo.

Es muy común la sensación de no tener control sobre esa mano, de hecho, puede llegar a entrar en conflicto con la otra mano.

Por suerte, este síndrome no es demasiado corriente, y cuando aparece suelen ser movimientos involuntarios e incontrolables.

Eso sí, siempre aparece esa sensación de extrañeza sobre los movimientos del miembro.

En definitiva es un fenómeno neurocomportamental, que suele venir relacionado con daños al cuerpo calloso.

Una parte fundamental de este síndrome tiene que ver con las condiciones en las que los episodios se vuelven más recurrentes.

Para las personas que tienen este síndrome, el control de la fatiga y la ansiedad se vuelven piezas fundamentales. En situaciones altamente estresantes, se suele desencadenarse el comportamiento, generalmente, con objetos cercanos… como por ejemplo nuestra camisa.

Una razón más para controlar la ansiedad. Es importante en estos casos,- o en cualquier otro en los que la ansiedad este presente-, consultar a un psicólogo especialista en ansiedad .

trastorno por atracones

Hoy hablamos del trastorno por atracones

Los datos que empezamos a poder analizar tras la reciente pandemia COVID 19 respecto a la salud mental nos esta dejando algunos fenómenos importantes que merecen un análisis pausado, uno de ellos es el incremento de los trastornos alimentarios. Ya llevaba algún tiempo con ganas de escribir sobre los trastornos alimentarios, así que hoy he decidido hablar sobre uno de los que a mí personalmente me parecen más interesantes, el trastorno por atracones.

Los síntomas de este trastorno son algo que muchos en algún momento puntual hemos sufrido gracias a ese inevitable momento ansioso, y es que, detrás de este nombre se esconde la ingesta compulsiva de grandes cantidades de alimentos.

El detalle que convierte esta conducta -que seguro en algún momento has vivido- en algo patológico es la frecuencia, es decir, si se repite frecuentemente o al menos con una cierta periodicidad si debería consultarse con un especialista.

Las personas que tienen este trastorno -al menos la mayoría- suelen tener sobrepeso o ser obesas y una particularidad es que mientras se produce la ingesta se suelen sentir impotentes e incapaces de detenerse, sin embargo, también suele producirse en personas con normopeso. Existen además diversos signos tanto conductuales como emocionales producidos por este trastorno, entre ellos:

  • Comer cantidades inusualmente grandes de comida en muy poco tiempo.
  • Sensación de perdida de control de la ingesta
  • Seguir comiendo, incluso cuando estas saciado
  • Comer muy rapidamente durante los episodios del atracón
  • Sentir vergüenza o sentirse disgustado por la cantidad o la forma en que se ha comido.

Además en algunos casos se pueden incluir conductas de puga y son conocidos como factores de riesgo los problemas psicológicos, biológicos o genéticos, también las situaciones estresantes, dicho esto, hasta el momento se desconocen las causas del trastorno por atracones y purgas.

Se recomienda de manera general -siguiendo a la APA- terapia cognitivo-conductual, interpersonal o en algunos casos medicamentos, las terapia en general tienen como objetivo cambiar los patrones tanto de pensamiento como de comportamiento relacionados con las conductas de ingesta de comida, además, se pueden tratar aquellos problemas interpersonales que pueden estar reforzando las conductas de ingesta descontrolada, de hecho, uno de los mayores reforzadores de este trastorno son los problemas emocionales, los medicamentos además pueden ayudar a reducir la sintomatología.

*imagen generada con IA a través de BING.