Una de las falsas creencias que más instaladas están en el subconsciente colectivo es la que se refiere al título del post de hoy, los niños descubramos rápido el misterio, sí, mienten.
Lo más curioso de este dato es que no es ningún secreto, cualquier padre puede confirmar esta aseveración, los niños mienten y además suelen hacerlo bastante a menudo.
Por supuesto, la generalización no es buena en ningún caso, cada niño tiene su mundo interior -algo que es fantástico- diferente al resto, y además, existen distintos grados en eso que llamamos mentiras, y en la mayoría de los casos, están carentes de ese punto de «maldad» que en muchas ocasiones le añaden los adultos.
Más allá de lo que podemos catalogar como comportamiento normal llegan las patologías, una de las más curiosas lleva nombre película de animación, hoy os hablamos de el Síndrome de la Cenicienta.
El síndrome de la Cenicienta se relaciona con las falsas acusaciones del menor hacía la pareja de uno de los progenitores, normalmente se refieren a falsos casos de abuso o maltrato.
Aunque algunas veces esas acusaciones pueden ser un indicador de un caso real de maltrato, en gran parte de los casos están directamente relacionadas con sentimientos negativos hacía la nueva pareja del padre o la madre, la madrastra, muchos autores atribuyen este comportamiento con una idealización de la madre biológica.
Ya sea una forma de llamar la atención del progenitor biológico o consecuencia de una rivalidad extrema entre los hermanos, lo cierto es que genera en gran parte de los casos una rotura en la pareja.
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