William Shakespeare describió a Otelo como un soldado valiente, cabal, curtido en mil batallas siempre al servicio de la República de Venecia, eso sí, hacía tiempo que había pasado su juventud cuando se caso con Desdémona.
A pesar del comportamiento ejemplar de Desdémona como esposa, Yago el alférez de Otelo -en una suerte de conspiración, consigue convencerle de que le esta siendo infiel, al fin, Desdémona era realmente hermosa y Caspio -el lugarteniente de Otelo- un buen candidato a amante.
Otelo termino ahogando a Desdémona mientras dormía, sólo para darse cuenta que está le era fiel, así que, termina suicidándose para cerrar otra tragedia del dramaturgo Inglés.
En psicología describiríamos el caso de Otelo como un claro ejemplo de celotipia, tanto, que solemos usar el sobrenombre de Síndrome de Otelo.
La celotipia produce en quien lo padece, una necesidad obsesiva de buscar pruebas constantemente de la infidelidad de su pareja, además, en la mayoría de los casos sin existir justificación alguna.
Este comportamiento le lleva a ejercer un control desmesurado de la misma, que pasa desde controlar su teléfono, sus amistades o incluso monitorizar su vida con medios tecnológicos, tan de moda como el GPS o los movimientos de la tarjeta de crédito.
En consulta ayudamos al paciente a identificar patrones y creencias irracionales, además de proporcionar herramientas de autogestión, que puedan ayudar a manejar la situación de manera adecuada, también, en algunos casos la terapia de pareja puede ayudar.
Como norma general, la terapia presenta un mayor porcentaje de éxito cuando el paciente acude de motu propio y no por indicación de su pareja, al fin y al cabo, entender que necesitamos ayuda es el primera paso para solucionar lo que nos aflige.
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