Hoy hablaremos de adicciones y del síndrome de la puerta equivocada, una patología que hasta hace poco era obviada y que esta presente en muchos casos.
Las adicciones son un tema realmente complejo, a pesar de la cantidad de información que se dispensa, no existe una visión global del problema.
Quizás, tenga que ver con la forma de comunicar, y como los mensajes -en su afán por adaptarse al leguaje de la gente joven- se banalizan en exceso -el famoso controla, más que no tomes-.
Tampoco ayuda el fantástico marketing que tienen algunas drogas como la marihuana que es vendida como algo inocuo, o el desarrollo continuo de nuevas sustancias.
Todo este coctel nos lleva a que cuando los pacientes son conscientes de su adicción y se someten a tratamiento, suelen llevar muchos años consumiendo.
Las drogas en general por su carácter psicoactivo tienen una particularidad, y es que muchas veces complican un diagnóstico certero.
En demasiadas ocasiones, se asocian los síntomas que presenta el paciente al consumo exclusivo de esas sustancias, sin ahondar en que el consumo podría estar enmascarando otras patologías.
La esquizofrenia por ejemplo puede explicar muchos casos de psicosis, y el trastorno bipolar sólo por nombrar algún otro ejemplo, explicar las cambios ánimicos.
El Síndrome de la puerta equivocada
En otras palabras en muchos casos existe una patología dual, es decir, no sólo nos encontramos con un problema con la adicción, existen patologías adicionales.
Para más INRI la falta de diagnóstico de estas patologías ha podido reforzar la conducta de adicción. Y es que, sobre la adicción existen muchas banalizaciones, tan sólo el 10% de las personas que consumen sustancias adictivas se vuelven adictos.
Este efecto de patología dual ha protagonizado muchos estudios últimamente en los que se ha comprobado, que normalmente no es una un excepción. Se llevan años estudiando los efectos de las sustancias, y por qué, sus capacidades adictivas no son las mismas en todas las personas.
Generalmente las teorías nos explican que es el mismo sujeto y sus características personales las que explican esta variabilidad. Hablamos de vulnerabilidad genética, individual y neurobiológica.
Dicho de otra manera, un sujeto que presenta un cuadro de trastorno bipolar o síntomas de esquizofrenia, podría hacerlo más vulnerable a la adicción. Este extremo se explicaría por el efecto reforzador que estas sustancias aplicarían sobre su cerebro.
Sin un diagnóstico correcto y una visión global, gran parte de estos pacientes entran en un circulo vicioso en que las caídas son recurrentes y las mejoras muy limitadas.
En cualquier caso, la ayuda de un profesional de la psicología nos puede ayudar a determinar nuestro caso en particular.